Reseña del libro "Gustavo Esteva: Una crítica al desarrollo y otros ensayos"

Por Carlos Tornel1)

Gustavo Esteva sigue siendo uno de los pensadores postdesarrollistas e intelectuales públicos “desprofesionalizados” más comprometidos de nuestro tiempo. Quizá sea más conocido por su trabajo sobre el postdesarrollo: su ensayo de 1991 titulado “desarrollo” se convirtió en la pieza central del volumen editado por Wolfgang Sachs que encarnaría el pensamiento y la acción de Gustavo hacia la reivindicación, la defensa y la creación de bienes comunes a lo largo de su vida. Sin embargo, Esteva contribuyó en gran medida a varias escuelas de pensamiento. Conocí a Gustavo Esteva en 2015. Mi primer encuentro con él fue una de las transformaciones intelectuales y existenciales más profundas de mi vida. Seguí en contacto con Gustavo hasta marzo de 2021, cuando lamentablemente falleció. Sin embargo, su obra sigue siendo una de las propuestas más críticas y completas del pensamiento postdesarrollista y pluriversal.

En el último libro publicado por Routledge -Gustavo Esteva: A Critique of Development and A Critique of Development and other essays (2022)-, un libro que Gustavo supervisó personalmente al final de su vida, es una prueba no sólo de la gran capacidad de Gustavo para el desarrollo, sino también de su compromiso con el desarrollo. prueba no sólo del compromiso inquebrantable de Gustavo con una transformación autónoma pluriversal más allá del Estado, el mercado y la democracia formal, sino también un testimonio de su búsqueda incesante de la posibilidad de crear una pluralidad radical. posibilidad de crear una pluralidad radical de convivencia entre mundos. El libro, que consiste una serie de ensayos escritos por Esteva a lo largo de su vida intelectual. y una trayectoria intelectual difíciles de resumir en un volumen, y mucho menos en una reseña. Sin embargo, el cuidado que Gustavo, sus editores y traductores invirtieron en estos textos, cada uno cuidadosamente seleccionado y presentado en un orden particular (algunos de ellos traducidos al algunos de ellos traducidos por primera vez al inglés), junto con las notas introductorias del propio Esteva, ofrecen una visión sistemática y completa de su obra, que se ha ido ampliando a lo largo de los años. y exhaustiva sobre su obra en expansión a lo largo de 5 décadas.

El libro comienza con Esteva en una conversación que tuvo lugar en 1992 con Theodore Shanin, unos pocos meses después del colapso de la Unión Soviética. La conversación está protagonizada por un sentimiento de urgencia política de transformación y autonomía (la entrevista se titula acertadamente Re-thinking Todo), como Shanin refleja en el diálogo: “Las comunidades parecen ser una solución a este problema que estamos discutiendo” (p.16). El diálogo es, como sostiene Gustavo, una visión precisa y y asertiva de las múltiples crisis del colapso de la civilización occidental, a medida que el capitalismo en un estado de crisis permanente. Este es un punto clave que Esteva retoma en el segundo ensayo, Más allá del desarrollo. En él, Esteva explica cómo él mismo se convirtió en “subdesarrollado”. A proceso que se originó el 20 de enero de 1949 con el discurso inaugural de Harry Truman, el desarrollo transformó las necesidades, de algo que haces -como la mierda-, a algo que requieres o te falta. El mito del desarrollo se incrustó rápidamente en la vida de la gente, eliminando la alteridad y humillando a los que se resistían. En una pequeña introducción al texto de Ivan Illich - que fue una influencia clave en el pensamiento de Gustavo y un amigo durante el resto de su vida-, éste el trabajo de Gustavo con los marginales en zonas como Tepito -un barrio periférico en el centro de la Ciudad de México-, se convirtió en la base de una economía moral, un proceso que comienza por a la humillación de los programas de vivienda del gobierno tras el terremoto que sacudió Ciudad de México en 1985, e inaugura múltiples posibilidades comunitarias de liberación que les llevan a a reclamar y regenerar sus bienes comunes, oponiéndose a la supuesta “necesidad de expertos”. Como afirma Esteva afirma que “para ellos, desvincularse de la lógica económica del mercado capitalista o del plan socialista se ha convertido en una necesidad”. o del plan socialista se ha convertido en una cuestión de supervivencia: intentan situar la esfera económica de sus vidas; la interacción con estos bienes comunes impide que la escasez (en el sentido económico del término) aparezca en sus vidas. (en el sentido económico del término), lo que implica la redefinición de las necesidades“ (p. 286).

En los años 70, Esteva, que seguía siendo un marxista comprometido, vio las preguntas de Lennin (¿qué hay que hacer?) desde una perspectiva diferente. En México, los protagonistas del cambio social no eran los trabajadores, sino los campesinos. Esteva veía surgir una nueva clase, que muy bien podía seguir siendo explotada por el capital a través del salario o mediante formas coloniales de explotación, pero de nuevo vio a los marginales como una posibilidad de emancipación - como una nueva forma de configuración comunal que podría crear un apoyo comunitario para liberarse de la subordinación al capital. Su y la noción de comida se convirtieron en un punto de entrada a este enfoque transformador. transformador. Citando a Galeano (1998: 54), Esteva solía decir que vivimos en tiempos paradójicos, en los que “quien no teme al hambre teme a la comida”. Esteva veía el desarrollo como fuente de escasez y productor de hambre. Transformar 'comida' en comida” (porque “no existe una palabra española para 'comida'” (p.60)), la noción pretende de pasar de sustantivos a verbos, las personas pueden reclamar sus propios y romper el mito del desarrollo.

En una tercera sección del libro, Esteva aborda la noción de pluralidad como clave para la autonomía. autonomía. En La alteridad radical del otro, Esteva explica cómo fue capaz de deshacerse de los de abrir su pensamiento a otras realidades o mundos. A partir de sus Esteva explica, a partir de sus encuentros con Ivan Illich y Raimon Panikkar, que las diferencias radicales que nos separan como seres humanos están en constante evolución. que nos separan como seres humanos son constantemente negadas (es decir, todos somos humanos) y paradójicamente, a través del mito de la inclusión o el reconocimiento se borra la alteridad creando sólo formas condescendientes de hospitalidad. Su respuesta a esta paradoja es lo que Raimon Panikkar llamó “diálogo dialógico” o la posición del pluralismo radical. Estava se pregunta: ¿cómo podemos, tras reconocer la alteridad radical del otro, entablar un diálogo con él? (p.107) La clave, argumenta Gustavo, es la hospitalidad. Gustavo solía decir que recordaba una conversación con Illich, quien le preguntó si podía identificar una palabra para describir la era posterior al desarrollo, ¿cuál sería? desarrollo, ¿cuál sería? Rápidamente respondí 'hospitalidad'“ (O'Donovan, 2015). Ser hospitalario no es seguir al otro, adoptar sus puntos de vista, afirmarlo o negarlo. negarlo. Acoger al otro significa simplemente abrirle las puertas y aceptar su existencia en su propio lugar. aceptar su existencia en su propio lugar. La hospitalidad es lo contrario de la tolerancia, que no es más que una forma más discreta de intolerancia. una forma más discreta de intolerancia (p. 122).

Aprender a escuchar es poder dejarse transformar por el otro sin perderse en el proceso.

En The Path towards a Dialogue of Vivires, Esteva sostiene que, si bien los pensadores de los pensadores decoloniales al reconocimiento de esa alteridad, sobre todo a través de la la idea de un diálogo de saberes (Santos, 2014), un verdadero camino convivencial requeriría reconocer no solo que no existe una supracultura, sino que no podremos comprender completa y plenamente al otro. Gustavo solía captar esta actitud en una frase del zapatista Comandante Tacho: “dialogar no es simplemente escuchar al otro, sino estar dispuesto a ser transformado por el otro” (p. 146). Aprender a escuchar es poder ser transformado por el otro sin perderse en el proceso. O como diría Gustavo, refiriéndose a cómo comunidades indígenas de América Latina mantienen su indigenismo, supone “la tradición de cambiar la tradición de forma tradicional” (p. 146). cambiar la tradición de manera tradicional” (p. 135). Escuchar y dialogar con el otro no sólo cambia la fetichización del “ver” en la modernidad eurocéntrica occidental, sino que también nos permite reconocer la inconmensurabilidad inherente al otro. reconocer la inconmensurabilidad inherente de las culturas, lo que es esencial para resistirse a las nociones superficiales y cooptadas de la cultura occidental. nociones superficiales y cooptadas como multi o interculturalidad.

El levantamiento zapatista de 1994 fue para Gustavo un despertar colectivo. Desde el llamado a decir ¡Ya Basta! (¡Ya Basta!), la fórmula zapatista se convirtió en uno de los movimientos sociopolíticos más importantes de nuestro tiempo. más importantes de nuestro tiempo. Los siete principios zapatistas, desde escuchar al andar, caminar al caminar al paso del más lento y gobernar obedeciendo, se convirtieron en medios para mostrar un desinterés por tomar poder y gobernar un Estado o país, exigiendo en cambio una forma radical de reconocimiento en sus propios términos, hacia la autonomía, la libertad y la democracia radical. La esperanza también se llama dignidad“ (p. 170), afirma Esteva, reflexionando sobre cómo el zapatismo desafía la insistencia modernista la insistencia modernista en el vanguardismo de las luchas contra el Estado, que rápidamente el Estado, sustituyendo una intelectualidad por otra. Como escribe “debemos reconocer que el Estado-nación, ya se trate de la dictadura más feroz o de la democracia más suave y pura, ha sido y sigue siendo una estructura de dominación del Estado. ha sido y sigue siendo una estructura para dominar y controlar a la población, para ponerla al al servicio del capital. El Estado moderno es el capitalista colectivo ideal” (p. 171).
En la última parte del libro, Esteva sienta las bases de un camino pluriversal. A partir de con la metáfora zapatista del barco que se hunde de la modernidad capitalista: cuando el barco se hunde, unos pocos, viendo la inutilidad de barco de la modernidad capitalista: cuando el barco se hunde, unos pocos, viendo la inutilidad de tomar el control de un barco que se hunde, optan por nadar hacia otras orillas para ver otras posibilidades. La insurrección argumenta, no está llegando (El Comité Invisible, 2009), sino que de hecho está en marcha. Consiste en formas cotidianas de resistencia en estos archipiélagos, de dispersión rebelde encarnada en formas comunitarias de desobediencia que empiezan sustituyendo sustantivos por verbos como comer, aprender, curar, habitar e intercambiar. Estos procesos crean múltiples caminos hacia otros saberes, aquellos que han sido históricamente oprimidos y que ahora están resurgiendo. Aquí, la crítica de Esteva al capitalismo, inspirándose en otros pensadores como Anselm Jappe (2011), se centró en reconocer el hecho de que el capitalismo ya no necesita realmente a las personas -las personas son literalmente para nada”, diría, un proceso que está descendiendo rápidamente a una forma de una forma de barbarie universalizada (p. 133), una conciencia que se está haciendo rápidamente visible a medida que millones de personas se movilizan contra las múltiples amenazas que se ciernen sobre el mundo. personas se movilizan contra los múltiples síntomas de un sistema en crisis.

El inquebrantable compromiso de Esteva con la esperanza vuelve a manifestarse aquí cuando sostiene que, a pesar de este estado de excepción generalizado, la gente también despertó. Como en muchos otros momentos de crisis surgió la solidaridad. La gente empieza a ver de nuevo sus lugares, las personas concretas que les rodean, incluso a aquellos vecinos que apenas se saludaban“ (P.252). Es ante retos tan grandes que la esperanza, la amistad y la sorpresa, las tres palabras que Gustavo identifica como las Claves del Nuevo como los conceptos políticos que nos permiten mirar hacia otros horizontes de posibilidad. posibilidad. Para Esteva estas palabras clave son mucho más que simples actitudes, las ve como las formas en que las personas pueden arraigar sus luchas en formas convivenciales, como él argumenta: arraigadas en nuestro suelo social y cultural, alimentando esperanzas con los amigos en un momento en el que todos, inspirados por los los zapatistas, estamos creando un mundo nuevo, abierto a la sorpresa de otra época” (p. 279).

A lo largo de toda su vida, Esteva mantuvo su compromiso de pensar-hacer-sentir desde y con las base. Se veía a sí mismo como parte de un tejido de múltiples experiencias, un nudo en una red de relaciones concretas (p.99), tanto personales como comunitarias desde los márgenes, donde veía los caminos emergentes hacia la convivencia, la autonomía y el Buen Vivir. En su obituario, Brend Reiter comparte un fragmento de correspondencia con Esteva en el que reflexiona sobre su propia posición como intermedio -es decir, que habita mundos diferentes-. A pesar de sus dudas iniciales de aceptar la etiqueta, reconoció con precisión que era capaz, como sólo unos pocos, de experimentar y encarnar un camino hacia el pluralismo radical: Gustavo es quizá uno de los pocos pensadores que encarnó a lo largo de su vida el lema zapatista: aprendemos mientras caminamos.

La obra de Esteva sigue siendo esencial y crítica porque sigue planteando las preguntas más esenciales que nos deben preocupar a todos. preguntas que deberían preocuparnos a todos: “cómo cambiar una realidad insoportable, cómo desmantelar un régimen capaz de destruir continuamente tanto el planeta como el tejido social, cómo transformar una realidad que mantiene formas cada vez más intensas de confrontación y violencia como nuevo statu quo”. (p.vii). Mientras seguimos experimentando la crisis civilizatoria de la Modernidad capitalista, el lema que encarnó Esteva debería resonar con cualquier sociedad en movimiento, con cualquiera que experimente una rabia digna y con cualquiera que grite ¡Basta!: “Contra el miedo: ¡Esperanza!”. La esperanza es el ancla que nos arraiga al mundo, a un lugar, a nuestros amigos y lo que da paso a la la hospitalidad y la solidaridad. Sólo con y a través de la esperanza son posibles los caminos hacia la autonomía y la convivencia. autonomía y la convivencia. Este es, en efecto, el momento de la esperanza radical.

Referencias

  • Esteva, G. (2022). Gustavo Esteva: Crítica del desarrollo y otros ensayos. Routledge Decolonizing the Classics. Londres y Nueva York: Taylor y Fracis.
  • Galeano, E. (1998). Patas arriba: la escuela del mundo al revés. Madrid: Siglo XXI.
  • Jappe, A. (2011). Ante la descomposición del Capitalismo y sus críticos. Logroño: Pepitas de calabaza.
  • O' Donovan, O. (2015) Conversando sobre los bienes comunes: una entrevista con Gustavo Esteva-parte 1. Revista de desarrollo comunitario, 50(3): 529-534.
  • Panikkar, R. (1990). Sobre el diálogo intercultural. Salamanca: Editorial San Esteban.
  • Santos, B.de S. (2014) Epistemologías del Sur Justicia contra el epistemicidio. Routledge. Londres y Nueva York: Taylor y Fracis.
  • El Comité Invisible. (2009). The Coming Insurrection. Los Ángeles: Semiotext.

Información bibliográfica

“Gustavo Esteva: A Critique of Development and other essays”. Routledge [Decolonizing the classics series], Londres y Nueva York, 2022.

1)
Carlos (tornelc@gmail.com) is a doctoral candidate in geography at the University of Durham, England. His main research interests focus on the process of transition, justice and energy sovereignty. A more detailed version of this review appeared on [[https://antipodeonline.org/2023/04/11/gustavo-esteva-a-critique-of-development-and-other-essays/|Antipode website]